Esto era un saxofón que odiaba a su dueño.
-Me toca fatal. No merezco esta suerte –se lamentaba.
Esto era un músico que odiaba a su saxofón.
-Suena fatal. Merezco un instrumento mejor.
Enterada del problema, un hada decidió ayudarles. Buscó otro dueño más experto para el saxofón insatisfecho y adquirió otro saxofón de mayor calidad para el músico frustrado.
El nuevo dueño del saxofón insatisfecho se puso a tocarlo y a los cinco minutos lo tiró a la basura:
-No estás a mi altura –le dijo.
El otro músico se puso a soplar su nuevo instrumento y descubrió que le sonaba como el anterior.
-¡Caramba! ¡A ver si el problema era yo…!
Se fue corriendo en busca de su viejo saxofón, lo rescató de la basura, lo llenó de besos y le dijo:
-A partir de ahora me esforzaré para tocar mucho mejor y jamás te volveré a faltar al respeto.
El saxofón le respondió:
-Tampoco yo volveré a hablar mal de ti, toques como toques.
Y fueron tan felices como los de Valdeperdices.