Esto era el fantasma de un millonario que una noche quiso aterrorizar a los visitantes de un famoso Casino. Apareció de repente y gritó:
-¡Estoy en racha; os voy a arruinar a todos!
Los encargados del Casino se apresuraron a tranquilizar a sus clientes:
-No hagan caso, no son más que fantasmadas de quien ya solo es un espectro de sí mismo, porque lo perdió todo jugando.
Y el fantasma no, oye; pero los encargados sí que metieron miedo a los visitantes del famoso Casino.
Se fueron todos zumbando y tuvieron que transformar el Casino en una guardería donde jugaran solo los niños y al “pilla-pilla”.