Un día Juan Carlos llegó al colegio con gafas. El que se sentaba a su lado izquierdo le dijo, mirándolo con cara de pena:
-¿Se te han roto los ojos?
-No. Solo están algo estropeados.
-¿Eres cegato? -le preguntó el que se sentaba a su derecha, mirando con un poco de asco.
-No. Veo bien. Pero mejor con las gafas.
La chica que se sentaba delante, le dijo:
-¡Estás más atractivo!
La que se sentaba detrás añadió:
-¡Y más guapo!
El de la izquierda, el de la derecha y todos los demás chicos de la clase empezaron a gritar:
-¡¡Queremos ser unos gafotas!! ¡¡Queremos ser unos gafotas!!
Que nos enseña este cuento