Esto era un ratón encima de un queso. Era el ser más feliz y orgulloso del universo. Toda su vida había soñado con aquel momento.
De pronto cayó al suelo. El queso desparecía porque se lo zampaba una pandilla de colegas hambrientos.
-¿Qué hacéis? ¡Es mi queso!
-Enhorabuena.
Y siguieron comiendo.
El ratón comprendió que la felicidad es efímera, se encogió de hombros y aún pudo probar un poco del riquísimo queso tras unirse a sus hambrientos colegas.